Una mañana, un tipo, apreciaba su cuerpo frente al espejo, notó que había tomado un bonito bronceado, menos en el pene y decide hacer algo para remediarlo.
Fue a la playa, se desnudó, se acostó y se enterró completamente en la arena,
exceptuando el pene, para que se le pudiera broncear con el sol.
Un rato más tarde, pasan dos ancianas, una de ellas se apoyaba en un bastón para caminar mejor.
De pronto, una ve 'el pene' emergiendo de la arena y empieza a tocarlo con el bastón.
Después le dice a su amiga: !Realmente el mundo no es justo Juanita!'
¿Que quieres decir?', pregunta la amiga...
Cuando tenía 20 , estaba curiosa por verlo;
Cuando tenía 30 , lo disfrute;
Cuando tenía 40, lo pedía;
Cuando tenía 50, pagué por él;
Cuando tenía 60, rogué por él;
Cuando tuve 70, se me olvidó que existía;
y, ahora que tengo 80, esas MIERDAS crecen silvestres y yo...
"ya no me puedo agachar"
8 comentarios:
Esa historia se puede trasladar a muchas cosas en la vida.
Me recordó unas frases que siempre repetía una amiga de 98 años que falleció recientemente, ella decía:
Como te veo me ví, como me ves se verás. Aprovecha tu tiempo para no desear verte como no te ves.
Bss.
Carmelo Mesa:¡Que sabia era tu amiga!
Besos
Ja,ja, Muy bueno Susy y es que la edad no perdona, ja, ja.
jajajjaajaja
Muy gracioso!!
Gracias por compartir un motivo para sonreir.
Saludos.
Jajajaja.. ¡GENIAL!!!!
Pobre viejecita, Susy.
Que pene... digo ¡Que pena!
JAJAJAJA
Que reflexiva la viejina.
;LA VIDA ES BELLA ;Muy bonito esa istoria .Es un placer leerte
Un abrazo!
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